y así pasaban los días… Otra historia de Consuelo Nuñez
Me resultó difícil tomar conciencia de que estaba muerta, acababa de cumplir 6 años, y mi vida entera giraba alrededor de mi madre de Juana. No podía separarme de ella, la veía llorar todas las noches, sola en la cama… ya no ponía la gramola con esa música pegadiza que a ella le gustaba escuchar mientras hacia la cena, de hecho ya no cenaba… a veces nuestra vecina Doña Lucia le traía algo de comer, una tortilla, un guiso o un pastel, a mi madre le encantaba el pastel de Doña Lucia, pero la mayoría de los días acababa en la basura sin que Juana ni siquiera lo hubiera tocado.
Me di cuenta de que no podía separarme de mi madre, pero que tenia que irme, y había aprendido a atravesar las paredes y los armarios… me desplazaba con cierta facilidad por la que hasta entonces había sido mi casa. Aún no era capaz de mover objetos, no era capaz de sujetar a mis muñecas, seguían esparcidas por el suelo, en el mismo lugar en las que se quedaron cuando la descarga eléctrica me mató. Mi madre las miraba pero no las había recogido. Mi padre apareció un día por casa, le debían haber dicho que yo había muerto, pero mi madre no le dejó entrar en casa… le gritó y le dijo que se fuera con sus fulanas. El se fue… y ya no he vuelto a verle.
Un día mi madre recogió las muñecas, salió de casa con ellas en una bolsa y se las entregó a la hija de una vecina que acababa de cumplir 6 años y que según le había oído a mi madre, le recordaba a mi… yo no la había conocido, nació después de que yo hubiera muerto. Entonces me di cuenta de que ya llevaba al menos 7 años muerta, y que seguía ahí pegada a mi madre. Ella seguía hablando cada día con Alfonso, que ya era el cartero oficial del pueblo, y que algunas noches pasaba en casa con mi madre, ella ya había dejado de llorar todas las noches, ya comía, y alguna vez volvía a poner la gramola con esa música pegadiza.
Decidí que debía dejar a mi madre, que no sabia cuanto tiempo iba a estar así… y calculé que debía ser 1939, y que algo debía haber pasado en España, que Alfonso cada vez que venia a casa era con noticias tristes de gente del pueblo, y que en España había una guerra… así que tranquilamente atravesé por primera vez el muro de la casa y salí al exterior. No noté mucho cambio, al principio no… según me iba alejando de la que hasta entonces había sido mi casa, empecé a ver diferencias. En el pueblo no había jóvenes…
Me alejé de Cilleruelo, y me dirigí a mi colegio, donde estudiaba parvulitos, estaba a las afueras del pueblo, justo detrás de la iglesia, llegué rápidamente y el colegio ya no era igual, las aulas donde los niños y las niñas íbamos juntos a clase, se habían convertido en pequeñas habitaciones con 4 literas en cada una de ellas, con unos pequeños armarios que separaban entre si las literas. El colegio estaba vacío… pero en el exterior se oía un griterío de niños. Atravesé las paredes y llegué al antiguo patio.. estaba lleno de niños que corrían de un lado hacia otro… parecían felices. Me pareció un buen sitio para quedarme.
by @zenalmor
